Mejorar la osteoporosis con ejercicios de fuerza
¿Qué es la osteoporosis?
La osteoporosis es una enfermedad que afecta a los huesos, haciéndolos más frágiles y propensos a fracturas. Esta condición se caracteriza por una disminución de la densidad mineral ósea y un deterioro de la microarquitectura del tejido óseo. Normalmente, los huesos son densos y fuertes, pero en personas con osteoporosis, la masa ósea disminuye y la estructura de los huesos se vuelve más porosa.
La osteoporosis puede desarrollarse de manera silenciosa durante muchos años, ya que generalmente no presenta síntomas hasta que ocurre una fractura. Las fracturas asociadas con la osteoporosis suelen ocurrir en la cadera, la columna vertebral y la muñeca, y pueden tener consecuencias significativas para la salud y la calidad de vida.
Existen varios factores de riesgo para desarrollar osteoporosis, incluyendo la edad avanzada, la genética, la falta de actividad física, una dieta pobre en calcio y vitamina D, el consumo excesivo de alcohol y tabaco, así como la presencia de ciertas condiciones médicas y el uso prolongado de ciertos medicamentos.
El diagnóstico de la osteoporosis se realiza mediante pruebas de densidad mineral ósea que evalúan la cantidad de hueso en diferentes partes del cuerpo. El tratamiento y la gestión de la osteoporosis suelen incluir cambios en el estilo de vida, como una dieta rica en calcio y vitamina D, ejercicio regular y medidas para prevenir caídas. Además, en algunos casos, se pueden recetar medicamentos específicos para mejorar la densidad ósea y reducir el riesgo de fracturas.
¿Cómo puedo detectar que padezco osteoporosis?
La osteoporosis generalmente no presenta síntomas evidentes en sus etapas iniciales. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, pueden ocurrir fracturas espontáneas o después de un trauma leve, y es en este punto cuando las personas pueden darse cuenta de que tienen osteoporosis. Aquí hay algunas formas de detectar la osteoporosis o evaluar el riesgo de desarrollarla:
Densitometría ósea (DXA): Esta es la prueba más común para diagnosticar la osteoporosis. La densitometría ósea mide la densidad mineral ósea en áreas específicas del cuerpo, como la columna vertebral, la cadera o la muñeca. Es una prueba no invasiva y de baja radiación.
Factores de riesgo: Evaluar los factores de riesgo puede proporcionar indicios sobre la posibilidad de desarrollar osteoporosis. Algunos de los factores de riesgo incluyen edad avanzada, antecedentes familiares de osteoporosis, menopausia temprana en mujeres, falta de actividad física, bajo peso corporal, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol y deficiencia de calcio y vitamina D.
Si tienes preocupaciones acerca de la osteoporosis o crees que puedes estar en riesgo, es importante hablar con un especialista. Él o ella puede evaluar tu historial médico, factores de riesgo y, si es necesario, ordenar pruebas de densidad ósea para evaluar tu salud ósea. La detección temprana y la gestión adecuada pueden ayudar a prevenir complicaciones asociadas con la osteoporosis.
Mejorando la salud ósea en mujeres postmenopáusicas: El rol del entrenamiento de fuerza
En la actualidad, las pautas recomiendan actividades que soporten el peso corporal, preferiblemente el entrenamiento de fuerza, para mejorar la salud esquelética en pacientes con osteoporosis. Aunque no se ha establecido el tipo de entrenamiento de fuerza más beneficioso para estos pacientes, se sabe que el entrenamiento de fuerza máxima (MST, por sus siglas en inglés) mejora la máxima repetición (1RM) y la tasa de desarrollo de fuerza (RFD), consideradas como importantes covariables para la salud esquelética.
El MST en ejercicios de sentadillas podría ser una intervención efectiva para pacientes con baja densidad ósea. Nuestra hipótesis es que 12 semanas de MST en ejercicios de sentadillas mejorarían la 1RM y RFD en mujeres postmenopáusicas con osteoporosis u osteopenia, y que estos cambios coincidirían con una mejora en la densidad mineral ósea (BMD) y el contenido mineral óseo (BMC), así como en los marcadores séricos del metabolismo óseo.
Para poner a prueba esta hipótesis, se asignó al azar a las participantes en un grupo de entrenamiento (TG, n = 10) o un grupo de control (CG, n = 11). El TG se sometió a 12 semanas de entrenamiento supervisado de MST en sentadillas, tres veces por semana, con énfasis en la iniciación rápida de la parte concéntrica del movimiento. Al CG se le animó a seguir las pautas actuales de ejercicio. Las mediciones incluyeron 1RM, RFD, BMD, BMC y marcadores séricos del metabolismo óseo; procolágeno tipo 1 amino-terminal (P1NP) y productos de descomposición del colágeno tipo 1 (CTX). En la prueba posterior, 8 participantes permanecieron en cada grupo para los análisis estadísticos. El TG mejoró la 1RM y RFD en un 154% y 52%, respectivamente. El BMC de la columna lumbar y el cuello femoral aumentaron en un 2.9% y 4.9%. La relación P1NP/CTX en suero tendió a aumentar (p = 0.09), indicando estimulación de la formación ósea.
Llegamos a la conclusión de que…
El MST en ejercicios de sentadillas mejoró la 1RM, RFD y las propiedades esqueléticas en mujeres postmenopáusicas con osteopenia u osteoporosis. El MST puede implementarse como un método de entrenamiento simple y efectivo para pacientes con disminución de la masa ósea. Este estudio destaca la importancia del entrenamiento de fuerza específico para mejorar la salud ósea en mujeres en esta etapa de la vida.
¿CÓMO TE PODEMOS AYUDAR EN FISPO?
En nuestra clínica de fisioterapia en Carmona, comenzamos a trabajar de manera preventiva con nuestros pacientes mediante ejercicios de fuerza, minimizando así las probabilidades de que alguno de ellos desarrolle enfermedades óseas. Para ello, hemos diseñado un programa de trabajo de fuerza que incluye una evaluación previa del nivel de riesgo, centrándonos en estimular la mineralización de los huesos. Este enfoque es especialmente beneficioso para personas de edad avanzada, a quienes ayudamos a fortalecer su salud ósea.
En el caso de aquellos que no hayan iniciado una fase preventiva con un profesional de la fisioterapia en Fispo u otro centro, los pasos recomendados son los siguientes:
· Obtener un diagnóstico por parte de personal médico cualificado.
· Acudir a una clínica de fisioterapia motivado por la inquietud o la necesidad de mejorar la salud ósea.
· Diseñar un plan personalizado de ejercicio terapéutico basado en la evidencia científica.
· Reforzar el plan con pequeñas dosis de ejercicio que incluyan carga externa e impactos cuidadosamente programados.
Naturalmente, el cuerpo responderá a estas cargas de trabajo con estímulos que favorecerán el desarrollo de masa ósea y la compactación de los huesos.
Encontrarás a nuestros fisioterapeutas en Carmona, C/ Alhucema. Puedes contactar con nosotros al +34 647 03 81 59.